16.9.10

Inportunidad de la huelga general



El anuncio de huelga general está generando en la sociedad un rechazo generalizado.

No es para menos. Los sindicatos originariamente y en el siglo XIX, nacieron en la revolución industrial con el propósito encomiable de la defensa de los intereses de la clase trabajadora sometida a una explotación inmisericorde por el capitalismo salvaje.

En los momentos presentes, siguen siendo útiles para la defensa de los intereses de los trabajadores, pero en España y respecto de los sindicatos hay que decir sin tapujos, que se han convertido en una rémora, un lastre, para la economía, para la sociedad y para la propia clase trabajadora por las siguientes razones:

1.- No representan más que a una mínima parte de la población laboral.

2.- El número de microempresas y autónomos constituyen la masa tanto laboral como económica más importante de nuestra sociedad.

3.- Frente a esa realidad, los sindicatos, especialmente UGT y CCOO, tienen una representación y una interlocución ante el Estado que no se corresponde con la realidad que representan.

4.- El gobierno prima a los sindicatos no solo otorgándoles una representación y una interlocución que no les corresponde, si no que les concede unas subvenciones multimillonarias directas e indirectas a través de los cursos de formación.

5.- Les otorga asimismo una legislación en virtud de la cual se les permite disponer de un auténtico ejército de liberados, que costean tanto las instituciones como las empresas públicas, así como las grandes empresas del sector privado.

6.- Este ejército y estas subvenciones (que costea la sociedad), les permite a su vez actuar como grupo de presión, algaradas selectivas y obtención de nuevos y más privilegios.

Por todas estas razones y otras muchas que omito por ser breve, la huelga es percibida por la sociedad como un acto de presión para seguir manteniendo los privilegios de una aristocracia sindicalista y por eso la rechaza. Y eso que la reforma laboral que se esgrime como argumento, apenas roza y muy mínimamente sus privilegios.



2 comments:

@iusufr said...

Sí, Ángel, coincido contigo en tu diagnóstico sobre los sindicatos.

Pero, sinceramente:

1) ¿No es aplicable esa misma conclusión al conjunto del país, desde...

- organizaciones empresariales
- asociaciones profesionales
- fundaciones
- organizaciones "no gubernamentales"
- instituciones religiosas
- colectivos ciudadanos
- etc.

... que reciben cuantiosas sumas de dinero público o exenciones fiscales por una representación o participación social que deja bastante que desear?

2) El que se beneficien los sindicatos, no significa que no haya causas objetivas para que mucha gente secunde la huelga (minoración de derechos históricos laborales, pérdida de capacidad de negociación colectiva, reducción de prestaciones sociales, retraso en la edad de jubilación y tiempo necesario de cotización para ser beneficiario de una pensión...)

3) Resulta curioso que en este contexto de crisis económica todo el acento se esté poniendo desde los poderes establecidos en los supuestos abusos de:

- sindicatos
- funcionarios
- trabajadores
- desempleados
- inmigrantes

Y que incluso se esté sondeando una limitación del derecho a huelga...

¿Por qué ese ataque -que discute sólo la existencia del "sector público"- no se extiende a quienes realmente han provocado la crisis y han aumentado su fortuna en el último año y medio?

Pensemos un poco.

Un saludo

Angel Maldonado said...

Jose Luís, estás en lo cierto y es muy agudo abstraer la conclusión a otros conjuntos de representación, sin embargo mi frustración se origina en el desequilibrio del ente sindical para con su representatividad real contemporánea, existe un desequilibrio que es preciso corregir.

Bien también por poner el foco en el origen de la crisis, sin embargo discrepo en que se pueda argumentar que los que se han enriquecido recientemente sean los responsables de la crisis porque no hay un sub-conjunto de la sociedad que sea responsable, sino una totalidad, desde un equipo de gobierno, una cultura empresarial hasta los propios consumidores, todos lo somos.