En las últimas elecciones municipales y autonómicas en Asturias, la irrupción de Foro protagonizada por Cascos como un auténtico huracán político, suscitó en no pocos ánimos, tanto en la derecha como en los más escépticos y desengañados, entre los que quizás me encontraba, un auténtico revulsivo que alimentó las esperanzas de muchos asturianos que considerábamos a Cascos como el ariete con que derribar el marasmo socio-político-económico que padece Asturias y quebrantar el “status quo”, paralizante y tediosa protagonizada por el PP y el PSOE.
Los resultados dieron fe de cómo en Asturias la orfandad política, de todos cuantos o no estaban en las redes de ambos partidos ó no eran pasto de la inercia, habían encontrado en Foro su referencia política.
Sin embargo, tras los meses transcurridos y situados ante el nuevo reto electoral del 25 de Marzo (2012), se ha puesto de manifiesto que lo que parecía una esperanza, se ha trocado en lo que realmente fue: un fuego fatuo, esa especie de flamarada efímera, mortecina y fantasmal que de tarde en tarde emerge en los cementerios y rápidamente se disipa.
En realidad no podía ser de otra manera ¿ó es que acaso si el Sr. Cascos hubiera sido, como inicialmente estaba previsto, el candidato del PP, habría diferenciación, aparte de alguna impronta personal, entre su discurso político y el de su partido? Es evidente que no y por lo tanto tal diferenciación obedeció exclusivamente a cuestiones personales y vendettas de escaso ó nulo interés para Asturias y los asturianos.
Para más Inri, salvando algunas personas, la mayoría de los cuadros de Foro o son desechos del PP ó gentes ávidas de una promoción política que les permita recomponer sus vidas averiadas, ¿Qué tiene, pues, de extraño que el pomposo suflé se venga abajo?
